Ciencia y Sociedad: El Contrato Social (Parte 2 de 2) | Escuela de Fisica

Ciencia y Sociedad: El Contrato Social (Parte 2 de 2)

Ciencia y Sociedad: El Contrato Social

PARTE I


PARTE II
CRISIS DEL CONTRATO: ¿QUÉ CLASE DE CIENCIA DEBERÍAMOS HACER?

Si el contrato social está en crisis, ¿qué se debe hacer, qué cosas se tienen que cambiar y qué clase de ciencias debemos hacer?

'La sociedad', dice Jane Lubchenco, escribiendo como una representante de la ciencia del mundo desarrollado, 'espera dos resultados de la inversión en la ciencia. La primera es la producción de la mejor ciencia posible sin importar el área, y la segunda, es la producción de cosas útiles' y, complementa su afirmación, dando una cita del Presidente John F. Kennedy: “Solamente los científicos pueden establecer los objetivos de las investigaciones, pero la sociedad, al extender su apoyo a la ciencia, debe tomar en cuenta sus propias necesidades." (Ver cita de Lubchenco completa en inglés en nota adjunta).

Y, más adelante en el texto, ella continúa diciendo, 'el contrato debe estar basado en la suposición de que los científicos deben (i) Abocarse a tratar lo problemas más urgentes de la sociedad de acuerdo con su importancia, (ii) Comunicar el conocimiento adquirido tan ampliamente como sea posible para informar la toma de decisiones de individuos e instituciones, (iii) Ejercer buen juicio, y tener sabiduría y humildad.'

Según Jane Lubchenco, Yajaira Freites y otros, el nuevo contrato social debe tener en cuenta que:

(a) Vivimos en un puntito azul pálido, el único hogar que conocemos, que es el planeta Tierra, un sistema bajo presión. La preservación del medio ambiente, de la biodiversidad, y la sustentabilidad de nuestra especie están en juego. Yajaira Freites lo dice con estas palabras: "Así que el compromiso de la ciencia, si bien tiene que considerar las necesidades de la sociedad venezolana, no puede eximirse de también contemplar aquellas que nos hacen parte del planeta Tierra." Para una redefinición del contrato social que tome en cuenta la sustentabilidad, ver: A social contract for sustainability.

(b) Nuevas disciplinas: En la interfase entre ciencias y técnicas se están desarrollando nuevas disciplinas con un amplio grado de aplicabilidad, ejemplo: la nanociencia, la bioinformática, la bioingeniería, la econofísica, la sociofísica, la nanofarmacología, y las ciencias de la complejidad. Yajaira Freites se pregunta: "¿Tendremos acceso a las ventajas de esas nuevas tecnologías o debemos depender de la dispar transferencia de los países centrales a los subdesarrollados? ¿No sería conveniente pensar que en nuestro medio también debemos incentivar estas nuevas herramientas, a fin de tener medios con que negociar financiera y socialmente?"

(c) La responsabilidad social y la ética de la ciencia. El debate ético nos recuerda, Yajaira Freites, debe ser parte del diálogo. Pero cómo debatir si muchos de nuestros estudiantes de ciencia no estudian el tema, y la universidad no los entrena. Hoy día, por ejemplo, los físicos egresados de la Escuela de Física, UCV, no reciben entrenamiento en esta área, y la mayoría de sus profesores en su momento tampoco recibieron entrenamiento. ¿Qué hacer? Solo una cosa, estudiantes y profesores juntos a estudiar, co-aprendiendo juntos en grupos, para remediar la mutua ignorancia en estos temas.

Damos como sugerencia empezar, por ejemplo, leyendo, Necessary Knowledge for Social Responsibility of Scientists and Engineers, y el trabajo de Karl Popper, “Toleration and intellectual responsibility” (Tolerancia y la responsabilidad intelectual), ensayo que se puede leer en su libro, In Search of a Better World (Routledge, 1984)—un extenso resumen de este trabajo se encuentra aquí (ver la página 29). Varios colegas físicos han escrito sobre ética y responsabilidad social, el físico británico, John Ziman, es el autor de Why must scientists become more ethically sensitive than they used to be?, el físico francés, Gérard Toulouse, publicó el artículo Ethics enters the 21st century (de lectura abierta gratis previo registro), el físico de Caltech, David Goodstein, publicó recientemente un libro sobre el tema, On Fact and Fraud: Cautionary Tales from the Front Lines of Science, y, Tina Kaarsberg, es autora del ensayo, Ethics, Physics, and Public Policy. También pueden consultar un ensayo de este autor, La otra FE, quién, además, mantiene en Mendeley un listado de referencias sobre el tema en cuestión bajo el nombre de grupo, Ethics for Physicists.

(d) El ciudadano es un actor importante:

    Ciudadanos y la Ciencia: Debemos lograr una sociedad científicamente culturizada. Hoy, saber solamente leer, escribir, y poder hacer operaciones artiméticas básicas, califican al ciudadano común como un analfabeto tecnocientífico. Es necesario enseñarle ciencias al ciudadano con el objetivo de aumentar el nivel basal de conocimiento en ciencias de la población general hasta un cierto nivel mínimo adecuado ( nivel mínimo que aumentará con el tiempo) para que el ciudadano pueda hacer frente a las decisiones individuales y colectivas que deberán tomar en una sociedad tecnocientífica y globalizada y permeada, en casi todos los aspectos de la vida, por temas que requieren de un conocimiento mínimo de ciencia para tomar buenas decisiones. Esto será cada vez más necessario en un mundo en donde, por ejemplo, los soldados ciegos ya pueden ver mediante sofisticadas tecnologías de captura de datos y la aplicación de los nuevos conocimientos en neuroplasticidad. Necesitamos que nuestros abogados, artistas, graduados en letras y humanidades, y nuestra clase política tengan un nivel adecuado de conocimientos en ciencia y tecnología. La complejidad de los retos, locales y globales, a los que nos enfrentamos hacen que esto sea una imperiosa necesidad. Hoy, no lo estamos haciendo nada bien.

    En el mundo desarrollado ya existen iniciativas que pretenden construir un mundo en donde la participación de los ciudadanos en la ciencia sea tan común como asistir a un juego deportivo. Son programas de Ciencia Ciudadana (Citizen Science) en astronomía, conservación, y biodiversidad, que aquí no podemos detallar. Iniciativas serias que permiten, por ejemplo, que una niña de 10 años, como la canadiense, Kathryn Gray, haga el descubrimiento de una supernova.

    Como podrán notar, el tema va mucho mas allá de la simple divulgación científica. El impulso, la fuerza motora, para que se logre una culturización en ciencia de la sociedad debe venir de la propia comunidad científica. Si bien estos temas requieren alcanzar un consenso entre muchos actores que hacen vida en la interfase ciencia, estado y sociedad, y entre los mismos científicos, mientras se logra o se agencia este consenso, hay muchas cosas que los científicos motu propio pueden hacer. Aquí damos algunas ideas.

    Por ejemplo, cada cientifico puede llevar un blog en dos niveles, uno con contenido para ciudadanos y otro con contenido para pares y gente de ciencia (contenido para pares preferiblemente en inglés -o bilingüe- que es el idioma de la ciencia), los científicos pueden participar masivamente en las redes sociales (Twitter, Facebook etc.) para crear audiencias y difundir sus blogs, textos, podcasts (además, a los científicos profesionalmente les conviene estar en las redes sociales, ¿Para qué le sirve a un investigador científico estar en Twitter?). Buscar como tener programas de radio, escribir columnas de opinión en la prensa, esta última cosa si se hace, pero la mayoría de los científicos en la prensa escriben mucho más sobre políticas científicas, que sobre la clase de ciencia que ellos hacen. Los científicos también pueden ponerse de acuerdo para crear proyectos de libros de texto abiertos en ciencia en todos los niveles y disciplinas. Sugerimos que se creen cursos para los jovenes políticos, un curso como Física y Tecnología para Futuros Presidentes.

    Ahora bien, dicho esto, tomamos también nota de la opinión de María Eugenia Esté, autora de Interacciones e Interfaces, quien afirma que "la comunicación pública de la ciencia y de la ética en ciencia y tecnología no puede ser tratada ni resuelta individualmente. No se trata de que este o aquel científico dediquen tiempo a divulgar su ciencia o a estudiar ética. Se trata de dispositivos diseñados institucionalmente desde la misma constitución de los equipos de investigación."

    Científicos Ciudadanos: Si por un lado se requiere que el ciudadano se acerque cada vez más a la ciencias, que conozca sobre el método científico, también requerimos que el científico, no se quede aislado de la sociedad, sentado en la banca de su laboratorio, sino que sea cada vez más ciudadano, y aquí la comunidad científica ha sido un poco renuente a participar con vigor ciudadano, salvo el caso de algunas pocas individualidades. Sin espacio continuar explorarando el tema de la responsabilidad social del científico, los refiero a un artículo del biólogo, Jacques Dubochet: Teaching scientists to be citizens, Academic and social responsibility of scientists y al documento Scientific Citizenship: Connecting Physics and Society.

    Ciudadanos veedores de la ciencia: La ciencia no es lo era antes, por ejemplo, en los tiempos de Albert Einstein, ahora existen cambios estructurales en la producción del conocimiento científico. Mucha ciencia está siendo comercializada, y esto es algo inevitable, porque la ciencia, la innovación y el desarrollo van juntas. Además, hoy día tenemos, los movimientos de ciencia libre o abierta ( que incluye muchas cosas, entre ellas a grupos ciudadanos como los biopunks y los biohackers — hoy grupos minoritarios en la ciencia, pero con tendencia a crecer, de allí estimamos que saldrán los Bio-Microsoft del futuro) y de ciudadanos científicos.

    Se necesitan de otros ojos que velen por el bienestar de la ciencia, esto es, de ojos ciudadanos, que escudriñen lo que pasa en el mundo de la ciencia, que miren más allá de los imperfectos procesos de revisión de pares, que ahora generan menos transparencia que antes en los procesos normales de administración de la ciencia (esto es, en la jerarquización y asignación de recursos financieros, publicaciones de resultados, y en la evaluación de proyectos y resultados científicos) debido a la competencia entre científicos por escasos recursos económicos, intereses comerciales, u otros intereses ajenos a la ciencia misma. Los daneses, noruegos, y alemanes lo han institucionalizado con los paneles ciudadanos. Para, María Eugenia Esté, esto es importante, porque abrir el dispositivo científico a la mirada, el debate y el control ciudadano genera capacidades críticas que los mismos científicos necesitan para afinar sus métodos y resultados.Sin más espacio para elaborar, ya que el tema desborda los límites de este artículo, los remito a leer Ethics of Science Now Maturing: Experiences so far and outlooks ahead,de Matthias Kaiser, una entrevista, The Heart of Research is Sick, realizada a Peter Lawrence, y en un artículo, de Peter Lawrence titulado Real Lives and White Lies in the Funding of Scientific Research.

Me aventuro a hacer el siguiente comentario futurista: los científicos que ignoren a la ciudadanía en el siglo XXI serán menos prósperos y productivos que aquellos científicos que se inmersen en la sociedad, que compartan con los ciudadanos los frutos de sus estudios y descubrimientos, que sepan comunicar su ciencia con pasión, y a diferentes niveles de entendimiento, que logren hacerse entender con grandes audiencias, para explicarles porque su ciencia es valiosa, porque el público debe estar interesado en sus proyectos, y porque el Estado debería financiarlos. Los científicos que logren visibilidad y prestigio entre la gente de a pie, y que usen modalidades de ciencia libre y abierta para solicitar que el público financie su ciencia (para mayor información sobre financiamiento por mayorías — crowdfunding science—, ver, FISICA 2.0) prosperarán mucho más que aquellos que no lo hagan. Personalmente, le recomendaría a todos los científicos que quieran seguir esta ruta que tengan en sus estantes una copia de High Visibility: Transforming Your Personal and Professional Brand.

La participación de los ciudadanos en la ciencia y de los científicos en la sociedad es un tema muy importante que merece un desarrollo en profundidad que este artículo, por razones de espacio y de tiempo, no puede hacer. En un futuro próximo nos dedicaremos a presentar el tema en este enlace Ciudadanos en la Ciencia y Científicos en la Sociedad.

(e) Hay nuevas formas y estilos de hacer ciencia como la investigación en red y la ciencia libre o abierta.

Hablando sobre la investigación en red, Rafael Rangel Aldao, en El Reto Social del Conocimiento Científico, lo expresa de la siguiente forma:

    La sociedad mundial es hoy una sola entidad entretejida por redes complejas donde el rico es cada vez más rico, muy pocos nodos dominan todas las conexiones de la red, el pobre—la inmensa mayoría de los nodos— a penas tiene acceso directo a muy pocos otros, su mundo es pequeño, haciéndose mayor la diferencia día tras día. Los nodos ricos lo son porque detentan conocimientos en formas de destrezas, saber-hacer, tecnologías, visión de conjunto o de futuro, mercados, amistades, e influencia —silenciosa o no— sobre los centros de poder. Los nodos pobres —en conexiones—lo son en la práctica por tener el monopolio de una ignorancia creciente en magnitud y escala, cada vez saben menos los más.

    La propia dinámica del conocimiento aumenta esa brecha en forma inexorable, presenciamos un cambio de paradigma heurístico del reduccionismo a la síntesis, de soluciones focales hacia sistémicas, de disciplinas aisladas hacia fusiones dispares nunca vistas, del investigador aislado a redes virtuales de práctica, el científico romántico y los grupos de trabajo quedaron atrás. El aumento de la complejidad es abismal, su velocidad centelleante, las interconexiones de la red global tienen un efecto multiplicador fortaleciendo solo los centros de saber, la escasez de conexiones de los nodos pobres les negaría el acceso a la frontera científica, la Internet sería para ellos apenas una ilusión, no entenderían un nuevo lenguaje que se enriquece cada día, ni tendrían como practicarlos por estar aislados, excluidos.

    La nueva biología es un ejemplo emblemático del paradigma sistémico, la secuenciación del genoma humano se hizo a menor costo y tiempo por la unión de varios centros de excelencia, de apenas cinco países -los más ricos-, y esto solo fue posible cuando ocurre la fusión de biología molecular con la computación para dar lugar a la bioinformática. Los resultados, sin embargo, demostraron elocuentemente las limitaciones del reduccionismo, no entendimos "lo que es el ser humano con solo mirar el genoma" como habrían falsamente anticipado varios Premios Nobel, tampoco salieron genes mágicos para prevenir o curar enfermedades sino mayores enigmas científicos y tecnológicos.

    El siguiente paso, el Proteoma Humano, tampoco dará las soluciones esperadas, de allí que los biólogos hayan recurrido a sus contraparte de la física teórica (redes complejas), las matemáticas (teoría de caos, procesos estocásticos), la ingeniería (flujos dinámicos no lineales), manufactura de precisión (nanorobótica), informática aún mas compleja (algoritmos genéticos), la computación, para dar origen a la naciente biología sistémica.

    La biodiversidad es otro caso elocuente, a diez años del tratado de Río, surgieron empresas de alta tecnología que no requieren de exploración de ecosistemas tropicales pues son capaces de hacer "evolución dirigida", es decir, reproducir biodiversidad en el laboratorio. Igualmente sustituyen la experimentación animal por la simulación "in silico", la biología digital.

Una ciencia que es cada vez más intensiva en datos, generando un nuevo paradigma de hacer ciencia, cuarto paradigma, lo ha llamado Microsoft: The Fourth Paradigm: Data-Intensive Scientific Discovery.

    "Increasingly, scientific breakthroughs will be powered by advanced computing capabilities that help researchers manipulate and explore massive datasets. The speed at which any given scientific discipline advances will depend on how well its researchers collaborate with one another, and with technologists, in areas of eScience such as databases, workflow management, visualization, and cloud computing technologies."

Una nueva forma de hacer ciencia que incluye además un paradigma emergente, compartir para triunfar y tener éxito (The New Einsteins Will Be Scientists Who Share), que proviene del movimiento de Ciencia Libre (Open Science).

Un caso exitoso de ciencia libre o abierta, que merece ser resaltado, es el caso de la Resolución del Praziquantel (PZQ), una droga para combatir la esquistosomiasis. Para detalles técnicos del problema ver: Resolution of Praziquantel y para detalles del caso como una ventaja de la ciencia abierta, ver: Open Science is a research accelerator, publicado recientemente (Sept. 2011) en Nature, y de donde tomamos la siguiente explicación sobre el caso: An open-source approach to the problem of producing an off-patent drug in enantiopure form serves as an example of how academic and industrial researchers can join forces to make new scientific discoveries that could have a huge impact on human health.

Por otra parte, Julio Castro Lamas, Director Regional Asociación Universitaria Iberoamericana de Postgrado (AUIP) y Director de Postgrado-MES, (Cuba)— citando a Agustín Lage, Director del Centro de Inmunología Molecular de La Habana, en Desafíos del Desarrollo, 1995, dice que:

    "Se plantea el dilema de escoger entre el riesgo de desvincularse de los problemas ...del contexto especifico de la región y el riesgo de desvincularse de las tendencias globales de la investigación y desacoplarse de los flujos principales de información, tecnología y recursos....La tarea de los científicos consiste precisamente en tender los puentes y en no permitir el desacoplamiento de una parte de la humanidad, de las tareas cognoscitivas de la otra.....Se trata pues de formar investigadores y académicos con una formación básica que los capacite para participar en los grandes proyectos de investigación que se plantea hoy la humanidad a escala global y al mismo tiempo un conjunto de valores morales que sustenten un compromiso con la solución para todos, de los problemas...de su contexto específico.......o hacemos ciencia en estrecha integración con la comunidad mundial, o hacemos ciencia de segunda. La inserción ... hay que garantizarla mediante la construcción de un sistema de alianzas (entre instituciones científicas, entre empresas, entre universidades, etc.) que garantice el adecuado balance entre intereses globales y locales."

Tolstoyano vs Napoleónico.
El físico-matemático, Freeman Dyson, categoriza las formas de hacer ciencia en dos grandes estilos que denomina Napoleónico y Tolstoyano. El estilo Napoleónico está representado por organizaciones rígidas y con mucha disciplina y las identifica con el mundo de la IBM de los años setenta que producían las gigantescas computadoras centrales (mainframes), y que hoy está identificado con organizaciones como el CERN que lleva a cabo el proyecto Gran Colimador de Hadrones. El estilo Tolstoyano es de creatividad caótica y de mucha libertad, está representado por el grupo que originalmente dió origen a la Macintosh en los años ochenta, o por el grupo italiano (Conversi, Pancini y Piccioni) que hacía física de partículas en los años de la postguerra en Italia, y que, usando equipos-contadores- caseros, descubrió la partícula de los rayos cósmicos (hoy llamada muón). Hoy día, el estilo tolstoyano viene representado por una institución como los laboratorios de investigación de IBM en Rüschlikon, Suiza, los cuales, con una estructura social parecida a una familia extendida, sin nadie dando órdenes, han descubierto cosas maravillosas como la superconductividad de altas temperaturas y el microscopio de efecto túnel (STM por sus siglas en inglés), un instrumento para tomar imágenes de superficies a nivel atómico.

Estos dos estilos se corresponden con tareas diferentes, es claro que un organización como el CERN no puede ser tolstoyanamente organizada y, además, ser exitosa. Freeman Dyson favorece la ciencia tolstoyana porque parte de la idea de que el dinero para hacer ciencia será cada vez más espasmódico e inestable, y que los sistemas napoleónicos funcionan muy mal bajo esas condiciones, pero el estilo tolstoyano funciona responde mucho mejor bajo condiciones adversas.

Esta forma de concebir los estilos de hacer ciencia me parece muy útil. Apartando el severo problema de financiamiento que tiene la ciencia venezolana, me parece que entre nosotros hay una fuerte tendencia a realizar una ciencia tolstoyana con una disciplina napoleónica, pero esta es una combinación que está más destinada al fracaso que al éxito.

¿Qué investigar en América Latina?
Esta forma de concebir los estilos de hacer ciencia me parece muy útil. Apartando el severo problema de financiamiento que tiene la ciencia venezolana, me parece que entre nosotros hay una fuerte tendencia a realizar una ciencia tolstoyana con una disciplina napoleónica, pero esta es una combinación que está más destinada al fracaso que al éxito.
En ¿Qué investigar en América Latina?, Hebe Vessuri sugiere que en América Latina se debería hacer una ciencia finalizada, en su artículo razona lo que quiere decir con ello:

    Típicamente, en la mayoría de las disciplinas científicas fundamentales como la Física, la Química y la Biología, el orden de la naturaleza—la estructura de la realidad como concebida independiente de los intereses humanos— ha constituído la problemática clásica de la investigación, aunque por supuesto, a la investigación hayan podido seguir resultados aplicables y los patrones de pensamiento científico no hayan estado aislados del ambiente cultural prevalente.

    Ahora bien, en la actualidad grandes áreas dentro de esas disciplinas han alcanzado lo que diversos autores llaman una etapa madura, es decir, sus bases estan aseguradas pues los principios fundamentales han sido ya adquiridos.
    ....
    Al estar sólidamente establecidos los conceptos fundamentales de una disciplina, ella se vuelve operacional para la resolución de problemas prácticos. La actividad de investigación resulta de alguna manera programable; se hace permeable a la demanda social. La mayor parte de la química, la física del estado sólido y la biología sistemática son propuestas por H[arvey] Brooks [se refiere a Applied Research Definitions, Concepts, Themes, 1967] como ejemplos de áreas de investigación que llama extensivas (elaborando la distinción de Weisskopf sobre investigación intensivay extensiva); en éstas los principios fundamentales son comprendidos y la tarea de investigación es descubrir precisamente cómo se aplican a objetos o sistemas reales. Usualmente, las posibles ramificaciones de los principios subyacentes son tan diversas y variadas que las consideraciones de su posible aplicabilidad son casi imprescindibles para ayudar a decidir los problemas y la dirección de la investigación. [Sin embargo, quien escribe no está muy de acuerdo con la tesis de Victor Weisskopf, las razones para el desacuerdo están dadas en el artículo de Phillip Anderson, More is Different, 1972.]

    Es por esta razón también que la noción de investigación aplicada es ambigua, ya que sugiere que no es más que la aplicación de una ciencia dada y no una contribución a la ciencia misma. Sin embargo, con pocas excepciones, la producción de ciencia aplicada supone, necesariamente, un proceso de construcción de teoría que evoluciona independientemente de la disciplina madre. Dicho trabajo teórico adicional es necesario no sólo porque la aplicación de que se trate es una especialización cuyos refinamientos no tienen mayor importancia para la disciplina madre, sino también porque en una y otra se están cubriendo diferentes tipos de realidad: en una se trata de investigación de la naturaleza no relacionada a ningún propósito especificado; en la otra la naturaleza es construida (o reconstruida) según un propósito, en términos de objetivos espécificos.
    ......
    Dadas estas condiciones de finalización de grandes áreas de conocimiento dentro de las mismas disciplinas básicas, pareciera que el aporte fundamental que las comunidades científicas de la periferia pudieran hacer está no en la ciencia aplicada tradicional sino en la ciencia finalizada una ciencia no menos científica que la ciencia pura o fundamental, claramente una ciencia básica madura orientada por objetivos sociales.

    De esta manera, la noción de autonomía del conocimiento científico queda relativizada, en lo que se refiere a la definición de los temas de investigación, y se reconoce la posibilidad de orientación social de la ciencia y su práctica.

Por ejemplo, dinámica de fluidos, resonancia magnética nuclear, o genética de plantas, son subdisciplinas en donde las bases fundamentales de la ciencia ya se conocen. En la ciencia finalizada con frecuencia se hace muy difícil distinguir entre ciencia básica o aplicada. Consideremos un campo como la dinámica de fluidos, si uno mira un análisis matemático complejo de un problema de turbulencia, será muy difícil saber si la motivación original para el estudio fue la propia curiosidad del científico, o si el trabajo estuvo motivado por un problema práctico de diseño de alas de un nuevo avión comercial.

Un caso emblemático de lo mencionado por Vessuri, lo vemos en el caso de la India, en los desarrollos necesarios para poder llevar las tecnologías basadas en plasmas al mercado.

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¿Qué clase de física deberíamos hacer en Venezuela?

El debate sobre ciencia aplicada y ciencia fundamental no es nuevo. Marcel Roche, en los años sesenta, escribía en, La ciencia entre nosotros (1968), abogando por la realización de ambas:

    "Para los países menos desarrollados, ciencia significa esperanza. Esperanza en un futuro mejor en que será repartido equitativamente entre las naciones el goce de los bienes de esta tierra. [página 59]"

    "En un país cuyo ambiente es indiferente a la investigación como actividad profesional establecida, aquel que tenga madera de investigador necesita cierta de dosis de heroísmo para entrar en esa carrera (véase Cajal) [Ver, NOTA CAJAL abajo]; la investigación pura le ofrece la incomparable compensación de la libertad, la libertad del poeta. Llamémoslo una forma de escape. Además no se puede hacer investigación aplicada en un medio donde no hay industrias interesadas en aplicar lo que se está investigando, no se puede aplicar in vacuo; de allí la falta de incentivo para llevar a delante ese tipo de ciencia.

    Es mi impresión que muchos de nuestros investigadores activos muestren cierto desprecio, apenas disimulado, hacia la investigación aplicada, y hacia el invento práctico, a la Edison. No sé a qué obedece semejante actitud, si es que existe realmente, pero es claro que el país deberá fomentar cada vez más la investigación dirigida hacia objetivos inmediatos, sin por ello abandonar la investigación fundamental, que ha de seguir formando la base de nuestro progreso científico. [página 23]"

    "Es claro que, si deseamos que la ciencia sirva al país como la base de su desarrollo social y económico, tenemos que dedicar esfuerzos mayores a la ciencia aplicada. Es decir que, en vez de esperar que surjan investigadores calificados, en cualquier campo, y darles luego las posibilidades de trabajo...habrá que hacer un esfuerzo consciente y planificado para determinar cuáles son los problemas más inmediatos del país, susceptibles de ser resueltos por medio de la investigación científica y tomar las medidas necesarias-en hombres [texto escrito en 1968, hoy más sensibles al tema de género, diríamos, en personal], laboratorios y fondos- para resolverlos.

    Esta operación envuelve una dialéctica entre la libertad absoluta del científico y la necesidad de resolver, por medio de la investigación, los problemas del país; implica también una toma de conciencia por parte de los directivos. Es el deber de cada persona dedicada a la ciencia en Venezuela realizar esa toma de conciencia y hacer todo lo posible para que en nuestro país se establezca un balance más racional entre ciencia básica y ciencia aplicada. [páginas 79-80. En una encuesta realizada en Venezuela en 1963, solo 4,4 % de los entrevistados se dedicaba a desarrollo y 21,5 % a investigación aplicada]"

Sin embargo, todavía existen entre nosotros muchos físicos que aún en el siglo XXI sostienen una visión de mundo propia del siglo XIX, son aquellos que todavía piensan, y tal vez sin ellos mismos saber los orígenes de su "worldview", como se expresaba, en Febrero de 1883, el primer editorial (The Future of American Science) de la revista Science, que promovía la siguiente ideología del ethos de la ciencia:

    Granting, even, that the discovery of truth for its own sake is a nobler pursuit.....it may readily be conceded that the man who discovers nothing himself, but only applies to useful purpose the principles which others have discovered, stands upon a lower plane than the investigator.

Tres físicos africanos, A. Awobobe, de la Universidad de Ibadam, Nigeria, H. Mweene de la Universidad de Zambia, Zambia y N. Chetty de la Universidad de Natal en Sudáfrica, han expuesto por separado, los mismos ideales que Marcel Roche promovía entre nosotros.

Physics in Developing Countries, A Awobobe, Physics Scripta, 2002
The Case for Research in Pure Physics in Developing Countries, Physica Scripta, 2002
Perspectives on Physics and Industrial Development, Physica Scripta, 2002

N. Chetty, en sintonía con el llamado de Lage a balancear "entre intereses globales y locales", invita a los físicos de los países en desarrollo a que practiquen ambas modalidades bajo el lema: "Pensar globalmente, y actuar localmente." Y quien escribe ha acogido esta idea en la propuesta FULM (Física Ubicada Localmente y Multidisciplinaria) para la Escuela de Física.

Ahora bien, el debate sobre que clase de física exactamente debemos desarrollar en Venezuela, de acuerdo a los intereses de grupos, nacionales, planetarios, y, por ejemplo, binacionales con nuestros dos vecinos más importantes en lo que se refiere a las ciencias, Colombia y Brasil, es un debate que la comunidad de físicos venezolana no ha hecho. Que no se discuta la internacionalización de la física, que no se traten los temas de ciencia (física) binacional es algo inexplicable para quien esto escribe (y, si se hace que hablen duro, que no se les escucha). Mientras tanto se percibe a cada uno, individuos y grupos, cada quien, andando por su cuenta, sin realmente explorar sinergias. En una comunidad en donde como mucho hay 300 físicos que investigan, eso no tiene sentido ni explicación sensata, ya que en la adversidad, las sinergias son aún más necesarias para sobrevivir.

Unidos somos más, desagregados sumamos menos.

José Alvarez-Cornett
Representante de los Egresados al
Consejo de Escuela de Física, Fac. Ciencias, UCV
@chegoyo
josecornett2000@marshall.usc.edu
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NOTA: En, Entering the Century of the Environment: A New Social Contract for Science, Jane Lubchenco, en la sección, The Roles of Science, dice:
"Science is the pursuit of knowledge about how the world works, a pursuit with an established process for inquiry, logic, and validation. Scientists engage in science because we are curious about why things are the way they are, we relish the fun and challenges of problem-solving, and we wish to contribute something useful to current and future generations. Society supports science because doing so in the past has brought benefits and doing so now is expected to provide more. Traditional roles of science have been to discover, communicate, apply knowledge, and to train the next generation of scientists.

Society currently expects two outcomes from its investment in science. The first is the production of the best possible science regardless of area; the second is the production of something useful. The first goal reflects “the expectation that scientists will search . . . for the truth about how nature works . . . producing reproducible, independently verifiable results, logically consistent theories and experiments that explain patterns in nature” . An emphasis on investigator-initiated, peer-reviewed science is designed to help meet this expectation.

The second part of the contract reflects the anticipation that the investment by society will lead not only to improvements
in our understanding of the world but also the achievement of goals that society has deemed important—winning wars, conquering diseases, creating products, and improving the economy. This second component often weighs heavily in decisions about the allocation of funds. As President John F. Kennedy stated, “Scientists alone can establish the objectives of their research, but society, in extending support to science, must take account of its own needs”. Hence, both the rationale for public investment in science as well as specific decisions about the allocations of resources are tied to expected outcomes that are beneficial to society."

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NOTA CAJAL: La referencia a Cajal es la siguiente (p.16): [Ramón y Cajal escribía: “la producción del hombre de ciencia, como toda actividad del espíritu, hállase rigurosamente condicionada por el medio físico y moral. Con razón se ha dicho que el sabio es planta delicada, susceptible de prosperar solamente en un terreno especial, formado por el aluvión de secular cultura y labrado por la solicitud y estimación sociales. En ambiente favorable, hasta el apocado siente crecer sus fuerzas; un medio hostil e indiferente abate el ánimo mejor templado.¿Cómo proseguir cuando a nadie le interesa nuestra obra? Sólo un carácter férreo y heroico sería capaz de sobreponerse a un medio adverso y esperar, resignado y oscuro, la aprobación de la posteridad.Pero la sociedad no debe contar con los héroes, por si no tiene a comodidad aparecer.”] El texto original es de Ramón y Cajal, S. Reglas y Consejos sobre Investigación Científica: Los tónicos de la voluntad, en Obras Literarias Completas, Madrid, Aguilar, 1961, p.567.

Ciencia y Sociedad: El Contrato Social

PARTE I