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Sócrates

Renato Iraldi

La física especulativa de los sofistas produjo una reacción contra este tipo de ciencia, Sócrates (469-399 a.C.), culpa del fracaso de este tipo de especulación, al menosprecio del hombre como núcleo de la naturaleza, y propone como objetivo de la investigación: la verdad, la justicia, y la virtud; en su búsqueda para descubrir la verdad desarrolla el método dialéctico de pensamiento. A pesar de suplantar el ímpetu científico por el humanismo, su método, usado como una herramienta del pensamiento, abrió un vasto campo que permitió a Aristóteles la fundamentación del conocimiento de la antiguedad. Fundamentación que permaneció prácticamente inalterada por 2000 años.

Sócrates no ha dejado ninguna obra escrita, pero se le conoce a través de las obras de sus discípulos, sobre todo de Platón, - que hace de Sócrates el protagonista de casi todos sus diálogos filosóficos - o, de los comentarios de otros filósofos entre ellos los llamados Socráticos menores, también alumnos de Sócrates y fundadores de otras escuelas del pensamiento, como Fedón de Élida, y Antístenes de Atenas fundador de la escuela cínica. Aristóteles tiende a presentar a Sócrates como el descubridor de la lógica, a él le atribuye la introducción de la de la inducción.

Tal es la importancia de Sócrates, que los historiadores dividen la historia de la filosofía griega en dos períodos: Pre-socrático y post-socrático. Sócrates, hijo de un escultor y de una comadrona, fue alumno de Anaxágoras, y debió disfrutar de cierto bienestar material; en la primera etapa de la guerra del Peloponeso combatió como Hoplita - guerreros que combatían con una costosa armadura que ellos mismos debían costear - Parece que durante un cierto tiempo fue líder de un círculo de investigación, en Atenas, y esto le costó muchos enemigos. Cuando se restauró la democracia ( 403 a.C. ), que habían perdido en su guerra contra Esparta, la anarquía reclamó públicamente su derecho a la injusticia, Sócrates fue acusado de no creer en los dioses y de corromper a la juventud. Reconocido culpable fue condenado a beber la cicuta. Sócrates se rehusó a librarse de la condena y se convirtió en el vivo ejemplo de la manera en que un filósofo enfrenta la muerte; Platón en la Apología, y en los diálogos Critón y Fedón, presenta las fases del misterioso episodio, en el cual un gobierno democrático, comete la abominable injusticia de asesinar a una de las mentes mas iluminadas de la época. La democracia es el único de los sistemas de gobierno cuya legitimación emana de la racionalidad más genuina, sistema político con el mayor número de virtudes y el menor número de defectos, pero estos últimos, son de tan dilatada acción, que pueden hacer de sus propias virtudes el medio de su perdición.

Solo Aristófanes, manifiesta aversión hacia la personalidad de Sócrates. En la comedia Las nubes ridiculiza a Sócrates, mezclándolo con los teóricos de la nueva ciencia y con los sofistas. En todo caso, se cree que es imposible alcanzar a conocer el Sócrates histórico, ya que se tienen versiones contrapuestas y no conciliables de su personalidad, sin embargo, nosotros queremos aceptar la imagen que, de él, nos presenta Platón: el excelente humano que consideraba al hombre como el recipiente de un alma, inmortal y divina, y cuya primordial misión era la de comprender su naturaleza, como ser.

Sin duda la contribución de Sócrates en el campo de la filosofía, es inmensa; creía en la inmortalidad del alma, que sufría múltiples reencarnaciones; para él, la prueba de ello es la reminiscencia sobre la cual basa su método de enseñanza. En el diálogo Menón Platón ilustra este método de enseñanza, que Sócrates denominaba Mayéutica ( el arte de la partera ), suministrándonos una prueba de la inmortalidad del alma.

En este diálogo, Sócrates sostiene que no se puede aprender nada, que todo lo que nos parece que aprendemos, realmente, lo que hacemos es recordarlo; pretende él, con esto, demostrar que el alma es inmortal y que el conocimiento ya existe al nacer proveniente de otras existencias anteriores, pero que no lo recordamos. El proceso de conocer la verdad no se encuentra en la experimentación y el análisis de los resultados por medio de la razón, sino que el conocimiento existe, y lo único que hay que hacer es sacarlo de la mente.

Menón.-De buena gana. Acércate

 Sócrates.-¿ Es griego y sabe el griego  ?

Menón.-Lo conoce perfectamente; ha nacido en mi casa.

Sócrates.- Fíjate si parece ir recordando o aprendiendo de mi.-

Menón.- Prestaré atención.

Sócrates.- El espacio cuadrado, ¿ no es el que tiene iguales estas cuatro líneas  ?   (Fig. 1- a, b, c, d)

Fig. 1 .- Un cuadrado de lado 2 pies, cuya área es de 4 pies cuadrados. La parte sombreada tiene 2 pies de base y un pie de altura por lo tanto su área es de 2 pies cuadrados.

Esclavo.-  Seguramente.

Sócrates.- Y estas otras líneas que lo atraviesan por el centro, ¿ son también iguales ?   (Fig. 1 e, f)

Esclavo.-

Sócrates.-¿ no puede haber un espacio semejante que sea más grande o más pequeño ?

Esclavo.-Sin duda.

Sócrates.- Si ese lado ( a ) fuese de dos pies, y este otro ( b ) también de dos pies, ¿ cuantos pies tendría el todo ? Considera así la cuestión: Si este lado (a) fuera de dos pies, y este (el lado b) de un pie tan solo, ¿ no es cierto que el espacio sería de una vez dos pies ? (Superficie sombreada)

Esclavo.- Sí Sócrates.

Sócrates.- Pero, puesto que el segundo lado (b) tiene igualmente dos pies, ¿ no resulta dos veces dos ? 

Esclavo.-

Sócrates.- ¿ Cuanto hacen dos veces dos pies ? Haz la cuenta y dímelo.

Esclavo.- Cuatro, Sócrates

Sócrates.- ¿ No se podría hacer un espacio doble de éste pero semejante, teniendo como él todas sus líneas iguales ? 

Esclavo.- Sí.

Sócrates.- Pues bien; procura decirme cuál es la longitud de cada línea del nuevo cuadrado. Las de éste son dos pies. Las del cuadrado doble ¿ de cuantos serán ?

Esclavo.- Es evidente, Sócrates, que tendrán el doble.

Sócrates.- ¿ Ves, ahora, Menón, que no le enseño nada, y me limito a interrogar ?   Él imagina ahora saber cuál es la longitud del lado de un cuadrado de ocho pies. ¿ No te parece ?

Menón.- Sí.

Sócrates.- Pero ¿ lo sabe ?

Menón.- No seguramente.

Sócrates.- ¿ No cree que este lado sería doble del precedente ?

Menón.- Si

Sócrates.- Obsérvale a medida que él va recordando. Y tú, respóndeme. ¿ Dices que el espacio doble se forma de la línea doble ?.  Entiéndelo bien: no quiero decir un espacio  largo por este lado y estrecho por aquél; busco una superficie como ésta, igual en todos los sentidos, pero que tenga una extensión doble, o sea de ocho pies. Mira si crees aún que haya que formarse con la duplicación de la línea.

Esclavo.- Así lo creo.

Sócrates.- Si añadimos a esta línea ( a) otra tan larga como ella ¿ no será la nueva línea (A) (Fig. 2) el doble de la primera ?

Esclavo.- Sin duda.

Sócrates.- Luego sobre esta nueva línea ¿ se construirá el espacio de ocho pies, si trazamos cuatro líneas semejantes ? (Fig. 2 A, B, C, D)

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Fig 2. El cuadrado construido sobre el lado doble del anterior. El lado es de cuatro pies asi que el área total es de 16 pies cuadrados. Este cuadrado está formado por cuatro cuadrados iguales al de la fig.1.

Esclavo.- Sí.

Sócrates.- Tracemos, pues, cuatro líneas semejantes a ésta. ¿ Llamas a esto un espacio de ocho pies ?

Esclavo.- seguramente.

Sócrates.-Pero ¿ este espacio no comprende otros cuatro, cada uno de los cuales es igual al primero (parte sombreada de la Fig. 2), que mide cuatro pies ?

Esclavo.-

Sócrates.- ¿ Cual es la magnitud de aquel ? ¿ No es cuatro veces más grande ?

Esclavo.- Sin duda

Sócrates.- ¿ una cosa cuatro veces más grande que otra es entonces el doble de ella ?

Esclavo  ! No por Júpiter !

Sócrates.- Pues ¿ qué es ?

Esclavo.- el cuádruplo.

Sócrates.- Entonces, joven, con la línea doble no se forma un espacio doble, sino cuádruplo.

Esclavo.- Es verdad.

Sócrates .- ¿ Cuatro veces cuatro no hacen dieciséis ?

Esclavo.- Sí.

Sócrates.- ¿ Qué línea nos dará, pues, un espacio de ocho pies ? ¿ No nos da ésta un espacio cuádruplo del primero ?

Esclavo .- Sí

Sócrates .- y esta línea que es la mitad de la otra ¿ no nos da cuatro pies de superficie.

Esclavo .- Sí .

Sócrates .- Bien. El espacio de ocho pies ¿ no es el doble de este  (Fig. 1), que es de cuatro, y la mitad de aquel (Fig. 2) que es de dieciséis ?

Esclavo.- Sin duda .

Sócrates .- ¿ No se formará entonces de una línea más grande que ésta y más pequeña que aquella ? ¿ Que te parece ?

Esclavo .- Así lo creo.

Sócrates .- Perfectamente. Responde siempre según tu opinión. Pero dime: ¿ esta línea primera no tenía dos pies, y aquella otra, cuatro ?

Esclavo.- Sí

Sócrates .- Es necesario, por consiguiente, que la línea del espacio de ocho pies sea más larga que la de dos pies, y más corta que la de cuatro.

Esclavo .- Sí que es necesario.

Sócrates . -  Veamos si puedes decir cuál ha de ser su longitud.

Esclavo .- Tres pies

Sócrates .- Para que la línea inicial sea de tres pies, hemos de añadirle la mitad de su longitud: esto es, un pie a los dos pies. Por este otro lado, de la misma manera, dos pies mas uno. He ahí formado el cuadrado a que te haz referido. (Fig. 3)

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fig. 3 .- Cuadrado formado sobre un lado de 3 pies.

Esclavo .- Sí

Sócrates .- Pero si el espacio es de tres pies de largo y tres de ancho, ¿ no será la superficie de tres veces tres pies ?

Esclavo .- Evidentemente.

Sócrates .- ¿ Cuantos son tres veces tres ?

Esclavo.- Nueve.

Sócrates.- Mas, para que la superficie fuera doble de la primera ¿ cuantos pies debía tener ?

Esclavo .- Ocho.

Sócrates .- Luego el espacio de ocho pies no se forma tampoco de la línea de tres pies.

Esclavo .- No ciertamente.

Sócrates .- Pues ¿ de qué línea se hace ? Procura decírmelo exactamente. Y si no quieres hacer cálculos, muéstranosla.

Esclavo .- ¡ Por Júpiter !  No sé, Sócrates.

Sócrates .- ¿ Ves, Menón, que trecho ha recorrido por el camino de la reminiscencia ? Al comienzo, sin saber cuál es el lado del cuadrado de ocho pies - lo que no sabe todavía -, creía saberlo, y respondía con seguridad, como un conocedor, no teniendo conciencia de su ignorancia. Ahora, advierte la dificultad, y si no sabe, al menos no cree saber.

Menón .- dices verdad.

Sócrates .- ¿ No está ahora en mejor disposición con respecto de la cosa que ignoraba ?

Menón .- Convengo  en ello.

Sócrates .- Enseñándole a dudar, y embotándole como hace el torpedo, ¿ le hemos causado algún daño ?

Menón .- No lo creo

Sócrates .- Más bien le hemos ayudado a descubrir cuál es su situación respecto de la verdad. Porque ahora, como no sabe, tendrá el placer en buscar; mientras que antes no habría vacilado en decir y repetir ante una multitud, con entera confianza, que el doble de un cuadrado se forma sobre el doble del lado.

Menón .- Es probable.

Sócrates .- ¿ Y piensas que pudo disponerse a buscar y aprender lo que creía saber, aunque no lo sabía, sin antes caer en confusión al saberse ignorante, y de haber sentido el deseo de saber ?

Menón .- Pienso que no, Sócrates.

Sócrates .- ¿ El entorpecimiento le ha sido, pues, ventajoso ?

Menón .- Parece que sí.

Sócrates .- Observa ahora lo que, partiendo de la duda, descubrirá conmigo, sin que le enseñe nada, pues no haré si no interrogarle. Observa y procura sorprenderme si le enseño o explico algo, en vez de atenerme a solicitar su opinión. Y tú, dime: ¿ No tenemos aquí un espacio de cuatro pies ? (Parte sombreada de la Fig. 2)

Esclavo .- Sí.

Sócrates .- ¿ No podremos añadirle este otro espacio que es igual ?

Esclavo .- Sí

Sócrates .- ¿ Y un tercero, igual a los anteriores ?

Esclavo .- Sí

Sócrates .- ¿ podemos llenar este espacio vacío ? (Construye toda la Fig. 2)

Esclavo .- Perfectamente.

Sócrates .- ¿ No tenemos ahora cuatro espacios iguales ?

Esclavo .- Sí.

Sócrates .- Y todos juntos, ¿ cuantas veces son más grandes que éste solo ?

Esclavo .- Cuatro veces.

Sócrates .- Pero recuerda que buscábamos un espacio que fuera doble.

Esclavo .- En efecto.

Sócrates .- Estas líneas que van de un ángulo a otro de cada cuadrado, ¿ no parten en dos cada uno de ellos ?    (Fig. 2  f, g, h, i)  

Esclavo .- Sí

Sócrates .- ¿ No obtenemos cuatro líneas iguales (f, g, h, i) que limitan un nuevo espacio ?

Sócrates .- Fíjate bien. ¿ Cuál será la magnitud de este cuadrado ?

Esclavo .- Yo no lo veo.

Sócrates .- ¿ Sus líneas no separan, hacia adentro, sendas mitades de los otros cuatro espacios ? ¿ No es así ?

Esclavo .- Sí

Sócrates .- ¿ Cuantas de dichas mitades componen el espacio del medio ? (Encerrado por f, g, h, i)

Esclavo .- Cuatro.

Sócrates .- ¿ Y en ese otro ? ( Fig. 1)

Esclavo .- Dos.

Sócrates .- ¿ Que es cuatro con relación a dos ?

Esclavo .- El doble.

Sócrates .- Entonces, ¿ cuantos pies mide este espacio ?

Esclavo .- Ocho pies.

Sócrates .- ¿ Y sobre que línea esta construido ?

Esclavo .- Sobre esta. (f)

Sócrates.- ¿ Sobre la línea que va de un ángulo a otro en el espacio de cuatro pies ?

Esclavo .- Sí.

Sócrates .- Esta línea es la que llaman diámetro los sofistas. Si tal es su nombre, el espacio doble, esclavo de Menón, se formará, como dices, sobre el diámetro.

Esclavo .- Así, es, Sócrates.

Sócrates.- ¿ Qué te parece, Menón ? ¿ Ha dado alguna respuesta que no sea suya ?

Menón.- Ninguna; ha hablado siempre por su cuenta.

Sócrates .- Sin embargo, no sabía, como dijimos antes.

Menón .- Es cierto.

Sócrates .- Estas opiniones, ¿ Estaban ya en él ?, o no.

Menon .- Estaban en él.

Sócrates .- ¿ De modo que el que no sabe, puede estar en posesión de opiniones verdaderas sobre las mismas cosas que ignora ?

Menón .- Al parecer.

Sócrates .- Las opiniones verdaderas acaban de aparecérseles, como en un sueño. Si se le interroga a menudo y de diversas maneras sobre los mismos objetos, puedes estar seguro de que llegará a tener conocimiento tan exacto como el que más.

Menón.- Es probable.

Sócrates .- Luego, sabrá sin haber aprendido de nadie, por medio de simples interrogaciones, y sacando así la ciencia de su propio fondo.

Menón .- Sí.

Sócrates .- ¿ No es cierto que la ciencia que posee, es menester, o bien que alguna vez la haya recibido, o que la haya tenido siempre ?

Menón .- Sí

Sócrates .- Pero si la hubiera tenido siempre, habría sido siempre sabio; y si la ha adquirido, no fue en esta vida, seguramente. ¿ Acaso ha tenido un maestro de geometría ? Porque hallará, de la misma manera, las otras partes de la geometría y de todas las demás ciencias. ¿ Le ha enseñado alguien todo esto ? Debes saberlo, puesto que ha nacido y se ha criado en tu casa.

Menón .- Estoy seguro de que nadie se lo ha enseñado.

Sócrates .- Luego, si no las ha adquirido en la presente vida, ¿ es necesario que lo haya sido anteriormente, y que por anticipado haya aprendido lo que sabe ?

Menon .-  Así parece.

Sócrates .- ¿ Ese tiempo no será aquel en que aún no era hombre ?

Menón .- Sí

Sócrates .-  Por consiguiente, si mientras es hombre, y desde antes de serlo, lleva en sí opiniones verdaderas que se convierten en ciencia cuando se las despierta con preguntas ¿ no es verdad que su alma las habrá poseído en todo tiempo ? Porque está claro que en toda la extensión del tiempo, es, o no es, hombre.

Menón .- Es evidente.

Sócrates .- Luego, si la verdad de las cosas está siempre en nuestra alma, esta ha de ser inmortal. Es, pues, preciso que tratemos valerosamente de investigar y recordar lo que, por el momento, no sabes, es decir, aquello de que te has olvidado, y nos esforcemos por despertar su recuerdo.

Menón .- Yo no sé cómo, pero me parece que tienes razón Sócrates.

Sócrates .- a mí también me lo parece, Menón. A decir verdad, no podría garantizar todo cuanto he dicho.  Pero estoy dispuesto a sostener con palabras y obras, en tanto sea capaz, que la persuasión de que debemos indagar lo que ignoramos nos hará mejores, más resueltos y menos perezosos que la opinión de que es imposible descubrir lo que ignoramos e inútil buscarlo.

Menón.-  Soy de tu parecer en esto, Sócrates.

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            Sócrates nos llama la atención sobre el hecho de que el hombre posee la capacidad de discernimiento sobre temas acerca de los cuales no ha sido instruido, concluye, por lo tanto, que esta capacidad innata que se encuentra unida con la materia forma la esencia del hombre: el alma, que debe provenir de alguna cosa preexistente a la materia; concluye así que el alma tiene repetidas encarnaciones, y que el objetivo de cada hombre es enriquecer el alma del cual fue dotado, para elevar su espíritu a las regiones tranquilas y serenas de la inteligencia.

Renato Iraldi   Riraldi@libero.it