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La termoterapia para el tratamiento del cáncer consiste en la aplicación directa de calor. En consecuencia pueden ser considerados muchos de los recursos de los que hablamos anteriormente. La idea se basa en el comportamiento de una célula que en su carga genética nuclear tiene un oncogen, cuando hay cambios de temperatura. A 34^oC las células pasan a ser transformadas y a 39^oC retorna en horas a normal. De manera asombrosa se comporta como un interruptor. En las fotografías adjuntas vemos a la izquierda las células transformadas caracterizadas por la ausencia de estructura interna que les da forma esférica y después a la derecha las mismas células cuando han recuperado su forma normal. Esas células normales colocadas en el ambiente creado por un tumor, donde no hay verdaderos mecanismos de nutrición y drenaje de productos metabólicos, mueren fácilmente. Esa es la estrategia a perseguir en este caso.